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Durante años, la vitamina C ha sido la reina absoluta de los ingredientes antiedad. Pero en el universo del skincare, los tronos no son eternos. Los péptidos de cobre se están ganando su lugar como uno de los activos más completos, eficaces y respetuosos con la piel. No solo estimulan el colágeno, sino que también reparan los tejidos y mejoran la elasticidad cutánea. ¿La nueva generación de cosmética inteligente? Exactamente.
¿Qué son los Péptidos de Cobre?

“Los péptidos de cobre son compuestos que combinan fragmentos de proteínas unidos a iones de cobre”, explica Paula Rodríguez, bioquímica especializada en dermofarmacia y cosmética, y portavoz de Druni. En lenguaje sencillo: actúan como mensajeros entre las células, enviando señales para que la piel se repare y rejuvenezca por sí sola.
Su principal virtud es que estimulan la producción natural de colágeno y elastina, fundamentales para mantener la firmeza y elasticidad del rostro. A diferencia de otros activos más agresivos, los péptidos de cobre son bien tolerados incluso por pieles sensibles, y se integran fácilmente en la rutina diaria.
La ciencia detrás de los Péptidos de Cobre

El secreto de su poder está en su estructura molecular. “Los péptidos funcionan como vehículos de transporte, llevando el cobre hasta las células cutáneas para activar procesos biológicos clave como la reparación de tejidos y la producción de colágeno”, detalla Rodríguez.
En otras palabras, actúan como un sistema de mensajería de alta precisión: el péptido “agarra” el cobre y lo entrega justo donde la piel lo necesita para regenerarse.
El péptido GHK (Glicina-Histidina-Lisina)
Dentro de este grupo, el más estudiado y eficaz es el GHK-Cu, una molécula natural que disminuye con la edad. “El péptido GHK está formado por tres aminoácidos: Glicina (Gly), Histidina (His) y Lisina (Lys). Esta secuencia peptídica presenta una estructura capaz de unirse y estabilizar iones metálicos como el cobre (Cu²⁺), gracias a la presencia de grupos químicos con afinidad natural por estos elementos”, explica Rodríguez.
Nuestro cuerpo produce GHK-Cu de forma natural, pero sus niveles caen con los años. Aplicarlo de forma tópica ayuda a restaurar la función biológica perdida, mejorando la firmeza y la reparación celular. Por eso se ha convertido en un favorito de los laboratorios de alta cosmética.
El cobre (Cu) en el cuidado de la piel
Más allá de su nombre brillante, el cobre cumple un papel esencial en la salud cutánea. “El cobre desempeña un papel vital en la formación de colágeno y elastina, y también tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias”, afirma Rodríguez.
Es decir: mientras ayuda a regenerar la piel desde dentro, también combate la inflamación y las bacterias que pueden provocar imperfecciones. Una combinación perfecta para quienes buscan un rostro más uniforme y saludable.
Beneficios de los Péptidos de Cobre en el cuidado de la piel

Las fórmulas con péptidos de cobre son auténticos tratamientos multifunción. “Estimulan la síntesis de colágeno y elastina, mejoran la firmeza y elasticidad de la piel y favorecen la reparación celular y la cicatrización”, explica la experta.
Pero hay más: “Además, disminuyen las líneas de expresión y arrugas, tienen acción antioxidante y antiinflamatoria y ayudan a unificar el tono y mejorar la textura cutánea. Por último, refuerzan la barrera cutánea, aumentando la resistencia de la piel ante agresores externos», añade.
En resumen, un escudo protector, un tratamiento rejuvenecedor y un booster de luminosidad, todo en uno.
Cómo incorporar Péptidos de Cobre en tu rutina de cuidado de la piel

La clave está en introducirlos de forma progresiva. “Los péptidos de cobre pueden emplearse tanto en la rutina de mañana como de noche, dependiendo de la formulación y del resto de activos presentes. Sin embargo, en pieles sensibles o reactivas se recomienda una introducción progresiva (por ejemplo, en días alternos) para evaluar la tolerancia cutánea”, aconseja Paula Rodríguez.
Puedes encontrarlos en sérums, cremas y tratamientos reafirmantes, y su textura ligera los hace perfectos para aplicar antes del hidratante o protector solar.
Ingredientes que no debes mezclar con Péptidos de Cobre

Si hay algo que puede estropear su magia, es combinarlos mal. “Los péptidos de cobre forman complejos estables con el ion Cu²⁺, pero estos pueden desestabilizarse en presencia de activos muy ácidos o reductores, como la vitamina C (ácido ascórbico), el ácido kójico o los alfa-hidroxiácidos (AHA)”, advierte la bioquímica.
Vitamina C (ácido ascórbico)
Aunque ambos son potentes antiedad, no deben aplicarse en la misma rutina. “Los medios ácidos reducen el pH y favorecen la liberación del cobre desde el péptido, mientras que los agentes reductores pueden alterar su estado de oxidación, disminuyendo su eficacia biológica”, explica Rodríguez.
Ácido kójico
Lo mismo ocurre con este activo despigmentante. Si lo usas junto a péptidos de cobre, puede reducir su estabilidad y hacer que pierdan efectividad.
“Por ello, se recomienda no aplicarlos en la misma rutina y alternar su uso (péptidos de cobre por la noche y antioxidantes ácidos por la mañana) para preservar la estabilidad y efectividad del complejo”, concluye la experta.
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Preguntas frecuentes (FAQs)
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¿Qué son los Péptidos de Cobre y cuáles son sus beneficios para la piel?
Los péptidos de cobre son compuestos que estimulan la producción de colágeno y elastina, mejoran la firmeza y elasticidad, y tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
¿Cómo funcionan los Péptidos de Cobre en el cuidado de la piel?
Los péptidos de cobre actúan como mensajeros entre las células, entregando cobre para activar procesos clave como la reparación de tejidos y producción de colágeno.
¿Cuál es la mejor forma de incorporar Péptidos de Cobre en la rutina de cuidado de la piel?
Se recomienda introducirlos progresivamente en sérums, cremas o tratamientos reafirmantes, aplicándolos antes del hidratante o protector solar.
¿Qué ingredientes no se deben mezclar con Péptidos de Cobre en la rutina de cuidado de la piel?
Evita combinarlos con vitamina C (ácido ascórbico), ácido kójico y alfa-hidroxiácidos (AHA), ya que pueden reducir su estabilidad y eficacia.