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Viajes largos, cambios de huso horario y noches sin dormir. El cóctel perfecto para que tu piel aterrice mucho peor que tú. Si alguna vez te has mirado al espejo tras un vuelo y has notado el rostro apagado, con tirantez o bolsas bajo los ojos, puede que estés sufriendo el temido jet lag facial. No, no es una moda más de TikTok: tiene base científica y explica por qué tu piel también se desorienta cuando tú lo haces.
Qué es exactamente el jet lag facial

“Aunque pueda sonar como una moda beauty más, el Jet Lag facial tiene una base científica muy clara: es el reflejo visible en la piel de la desregulación de nuestro ritmo circadiano. Al igual que nuestro cuerpo se desorienta con los cambios de huso horario (el clásico jet lag), nuestras células cutáneas también tienen su propio ‘reloj’”, explican las farmacéuticas Marta Barrero y Elena Ramos, expertas en dermocosmética, directoras de The Secret Lab y portavoces de Druni.
Cuando dormimos poco o viajamos entre zonas horarias, “este reloj interno se altera. La piel no sabe cuándo debe estar en modo ‘protección’ (durante el día) y cuándo en modo ‘reparación y regeneración’ (durante la noche)”. El resultado es inmediato: la división celular se ralentiza, aumenta el estrés oxidativo y la barrera cutánea se debilita. “El rostro se ve cansado, apagado y desvitalizado”, advierten las expertas.
Los signos más evidentes

Los efectos se notan al instante. “Los signos del jet lag facial son bastante evidentes y se concentran en la pérdida de hidratación y vitalidad del rostro. La piel se ve grisácea, mate y apagada. Además de una deshidratación intensa, ya que aparece la tirantez, la piel se vuelve áspera y las pequeñas arrugas se acentúan”, explican.
Y no solo eso. “También aparecen ojeras y bolsas. El área del contorno de ojos es muy sensible a la falta de sueño y retención de líquidos. Puede producirse enrojecimiento y sensibilidad, ya que la barrera cutánea debilitada reacciona con mayor irritación. Por último, los poros se hacen más visibles”, señalan las farmacéuticas.
El avión, enemigo número uno

Aunque el estrés y el insomnio también pueden causar fatiga facial, el avión agrava la situación. “Los vuelos largos y los cambios de horario combinan todos los factores que más deshidratan y estresan la piel. En un avión, el aire tiene una humedad de entre el 10% y el 20% (más seca que el desierto). Eso hace que el agua de la piel se evapore más rápido”, explican.
Además, “a gran altitud, la exposición a los rayos UVA aumenta, y aunque las ventanas del avión filtran parte, no eliminan por completo el riesgo de daño oxidativo”, cuentan las expertas. A eso se suma la presión y la inmovilidad durante el vuelo. “Permanecer mucho tiempo sentados ralentiza la microcirculación, lo que puede dar lugar a hinchazón facial y ojeras. Todo esto convierte el avión en el entorno perfecto para provocar un jet lag cutáneo inmediato”, añaden.
Ingredientes SOS para recuperar la piel

La solución pasa por hidratar, calmar y reactivar la energía celular. “Los ingredientes que más recomendamos como expertas en dermocosmética son el ácido hialurónico, de distintos pesos moleculares, ya que capta y retiene agua en todas las capas de la piel, combatiendo la deshidratación inmediata”, apuntan.
También son esenciales “la vitamina C, que devuelve la luminosidad, neutraliza radicales libres y estimula el colágeno; la niacinamida (vitamina B3), que refuerza la barrera cutánea y calma el enrojecimiento; y los péptidos y ceramidas, que reparan la estructura de la piel. Perfectos tras la exposición a ambientes secos”. Además, “los extractos botánicos calmantes como el aloe vera, el té verde o la centella asiática aportan frescor y alivio después del vuelo”.
La rutina pre y post vuelo para evitar el jet lag facial

Para prevenir el jet lag facial, las expertas recomiendan una rutina específica antes de volar. “En primer lugar, haz una limpieza suave. Evita limpiadores con sulfatos o alcohol. Después, hidrata en profundidad con un sérum de ácido hialurónico y una crema rica en lípidos o ceramidas para sellar la humedad. Por último, aplica protección solar, imprescindible incluso dentro del avión si viajas de día. Durante el vuelo, mantén a mano una bruma facial hidratante”, recomiendan.
Y al aterrizar, toca reparar. “Comienza con una doble limpieza suave para eliminar impurezas. Después, una mascarilla hidratante o calmante con ácido hialurónico o péptidos. Por la mañana aplica un sérum antioxidante de vitamina C para recuperar el brillo; por la noche, una crema nutritiva con niacinamida y ceramidas para restaurar la barrera cutánea. Y no olvides un masaje drenante facial para deshinchar el rostro y mejorar la circulación”, añaden las farmacéuticas.
Cuánto tarda la piel en recuperarse del jet lag

Según las expertas, “depende de la edad, el tipo de piel y los cuidados posteriores, pero normalmente entre 3 y 5 días si no se hace nada especial. Con una rutina SOS y productos específicos reparadores, el proceso se puede reducir a 24-48 horas”.
Para acelerar la recuperación, aconsejan “aplicar mascarillas intensivas o brumas hidratantes cada pocas horas durante el primer día, incluir sérums con vitamina C y niacinamida, beber mucha agua e intentar dormir lo mejor posible las noches posteriores al vuelo”.
¿A quién afecta más el jet lag facial?

“No todas las pieles lo notan igual. La piel seca o sensible es la más vulnerable, ya que su barrera lipídica es más débil y pierde agua con facilidad. Suele presentar descamación, rojez y tirantez tras el vuelo. Las pieles grasas o mixtas resisten mejor la sequedad, pero el estrés oxidativo puede provocar brotes de acné. Y las pieles maduras sufren más la pérdida de luminosidad y elasticidad, ya que su capacidad de regeneración es menor”, concluyen Marta Barrero y Elena Ramos.
Porque sí, el jet lag facial existe —y tiene cura—: la hidratación, el descanso y una buena rutina skincare son tu billete de vuelta a la luminosidad.
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Preguntas frecuentes (FAQs)
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¿Qué es exactamente el jet lag facial?
Es el reflejo visible en la piel de la desregulación del ritmo circadiano, causando aspecto cansado y apagado.
¿Cuáles son los signos más evidentes del jet lag facial?
Incluyen pérdida de hidratación, vitalidad, piel grisácea, tirantez, ojeras, bolsas y poros visibles.
¿Cómo afecta el avión al jet lag facial?
El aire seco, la exposición a rayos UVA, la presión y la inmovilidad durante el vuelo agravan la deshidratación y el estrés en la piel.
¿Cuánto tiempo tarda la piel en recuperarse del jet lag facial?
Depende de la edad, tipo de piel y cuidados posteriores, pero con productos reparadores puede reducirse a 24-48 horas.

