De Cleopatra a Roma: la fascinante historia del maquillaje en la Antigüedad

El maquillaje en la Antigüedad no era solo una cuestión de belleza, sino también de poder, estatus y hasta de espiritualidad. Detrás de cada trazo de kohl o cada pigmento de ocre se escondían rituales, creencias y símbolos que han llegado hasta nuestros neceseres actuales. Porque, aunque ahora hablemos de eyeliner waterproof o de labiales mate, lo cierto es que todo empezó hace miles de años, cuando las mujeres —y también los hombres— ya usaban el maquillaje como herramienta de expresión y seducción.

Con la opinión experta de:
Paula Alcarria Aroca
Paula Alcarria Aroca

Maquilladora profesional

Makeup Artist

Paula Aroca MakeupArtist

El inicio de todo: Egipto y el poder del kohl

Si hablamos de maquillaje en la Antigüedad, Egipto es el punto de partida. Allí, belleza y misticismo iban de la mano. “El maquillaje egipcio tenía una fuerte carga simbólica, no era solo estética: se creía que protegía de las enfermedades y del mal de ojo”, explica la maquilladora profesional Paula Aroca, portavoz de Druni.

Cleopatra, la reina más icónica de todos los tiempos, fue sin duda la embajadora más célebre del eyeliner. Su característico delineado alargado, hecho con polvo de galena (un mineral oscuro mezclado con grasa animal o aceites), no solo intensificaba su mirada, sino que también servía como amuleto de protección solar y espiritual.

“El kohl egipcio tenía incluso propiedades antibacterianas, algo que la cosmética moderna sigue buscando hoy con fórmulas enriquecidas con minerales o ingredientes calmantes”, apunta la maquilladora Paula Aroca.

Además del delineado, los egipcios usaban pigmentos rojos y ocres para colorear mejillas y labios, elaborados a base de hematites o arcillas naturales. Y aunque hoy nos parezca sorprendente, los hombres también participaban de estos rituales de belleza: el maquillaje era un signo de pureza, poder y conexión divina.

Grecia: la belleza natural (pero calculada)

Tras el esplendor egipcio, los griegos adoptaron una visión distinta de la belleza: la naturalidad idealizada. “En Grecia, el ideal de belleza femenina se basaba en la moderación y la armonía. Se buscaba un rostro luminoso, piel clara y mejillas ligeramente sonrosadas”, comenta Paula Aroca.

Las mujeres griegas usaban polvos de tiza o plomo blanco para aclarar la tez —sí, plomo— y aplicaban una fina capa de pigmento de azafrán para dar calidez al rostro. En los labios, el rojo se conseguía con una mezcla de pigmentos naturales, a veces combinados con miel o vino.

“Lo curioso es que muchas de las técnicas griegas, como el uso de bálsamos naturales o aceites hidratantes, se han mantenido en el tiempo y hoy inspiran a marcas que apuestan por cosmética clean o fórmulas vegetales”, añade la experta.

El maquillaje, sin embargo, no estaba bien visto en exceso. Las mujeres respetables debían parecer naturales —aunque para conseguirlo dedicaran horas frente al espejo—, mientras que las cortesanas podían permitirse maquillajes más llamativos y definidos.

Roma: lujo, excesos y fórmulas precursoras

Cuando Roma heredó las costumbres griegas, lo hizo elevándolas al máximo esplendor. El maquillaje se convirtió en una declaración de estatus. Las romanas de clase alta no escatimaban en ingredientes ni en rituales. “Usaban ceras, ungüentos y perfumes que mezclaban con pigmentos naturales para lograr texturas más untuosas, similares a los balms que usamos ahora”, explica la experta.

El rostro pálido seguía siendo símbolo de elegancia, y para conseguirlo recurrían a mezclas de polvo de plomo o vinagre con harina de habas. En cambio, los labios y mejillas se teñían con pigmentos vegetales o con el famoso fucus, una especie de alga marina que aportaba un tono rojizo.

“Si hoy hablamos de tintes de labios o coloretes líquidos, en realidad no estamos inventando nada nuevo: ya los romanos experimentaban con texturas y fijaciones diferentes para conseguir efectos más duraderos”, señala la maquilladora.

El maquillaje también era parte de la vida cotidiana masculina, sobre todo entre los actores y los aristócratas. Los hombres romanos cuidaban sus cejas, perfumaban el cabello y usaban cremas perfumadas con aceite de oliva y rosas, lo que hoy llamaríamos grooming.

Ingredientes naturales (y peligrosos)

Detrás del encanto del maquillaje en la Antigüedad se escondían secretos no tan inocentes. Muchos de los cosméticos contenían plomo, arsénico o antimonio, sustancias tóxicas que con el tiempo dañaban la piel y la salud. “La ironía es que lo que se usaba para embellecer podía llegar a envenenar. Pero también gracias a estos errores aprendimos a desarrollar fórmulas seguras y eficaces”, comenta la maquilladora.

A pesar de ello, el ritual de maquillarse formaba parte de algo más grande: un momento de autocuidado, identidad y conexión. Desde los templos egipcios hasta los tocadores romanos, maquillarse era casi un acto de afirmación personal.

De los templos a nuestros tocadores

El maquillaje en la Antigüedad no solo nos legó símbolos de belleza, sino también una filosofía: la de cuidar el cuerpo como reflejo del alma. Cleopatra, las sacerdotisas griegas o las patricias romanas ya entendían que el poder de una mirada o el brillo de una piel bien cuidada podían ser su mejor arma.

Hoy, siglos después, seguimos buscando esa alquimia entre historia, ciencia y deseo. “El maquillaje actual es heredero directo de esos rituales antiguos. Cambian las fórmulas, pero no la intención: sentirnos más seguras, más bellas y más nosotras”, concluye Paula Aroca.

Porque, al final, entre los pigmentos de la Antigüedad y nuestros neceseres del siglo XXI, solo hay una constante, la fascinación eterna por la belleza.

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Preguntas frecuentes (FAQs)

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¿Cuál era la importancia del maquillaje en la Antigüedad?

El maquillaje en la Antigüedad no era solo una cuestión de belleza, sino también de poder, estatus y espiritualidad.

¿Qué simbolizaba el maquillaje en Egipto?

El maquillaje egipcio tenía una fuerte carga simbólica, se creía que protegía de enfermedades y del mal de ojo.

¿Cómo se utilizaba el maquillaje en Grecia?

En Grecia se buscaba una belleza natural idealizada, con polvos para aclarar la piel y pigmentos naturales en labios y mejillas.

¿Qué ingredientes peligrosos se utilizaban en el maquillaje de la Antigüedad?

Muchos cosméticos antiguos contenían sustancias tóxicas como plomo, arsénico o antimonio, que podían dañar la piel y la salud.

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