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Si pensabas que el ácido hialurónico era el rey absoluto de la hidratación, espera a conocer al nuevo protagonista de la cosmética avanzada: el ácido poliglutámico.
Este ingrediente, que ha conquistado los laboratorios coreanos y las fórmulas más punteras del skincare, promete una piel más suave, luminosa y elástica… ¡y con una capacidad de retener agua hasta cuatro veces superior a la del hialurónico!


Bioquímica
Especialista en Dermofarmacia y Cosmética
Paula Rodríguez Hernández

¿Qué es el ácido poliglutámico?
El ácido poliglutámico (PGA) es mucho más que una tendencia. “El ácido poliglutámico (PGA) es un biopolímero natural derivado de la fermentación de bacterias del género Bacillus subtilis. Está compuesto por múltiples moléculas de ácido glutámico unidas entre sí, lo que le confiere una extraordinaria capacidad para retener agua en la superficie cutánea”, explica Paula Rodríguez, bioquímica especializada en dermofarmacia y cosmética, y portavoz de Druni.
En otras palabras: imagina una esponja microscópica capaz de atrapar la humedad y mantenerla en tu piel durante horas. Así actúa este ingrediente que ya se ha ganado el título de “súper hidratante” en las rutinas de belleza más virales.

Ácido poliglutámico en cosmética: por qué se ha vuelto tan popular
“El ácido poliglutámico se ha popularizado en cosmética por su impresionante poder hidratante (hasta cuatro veces superior al del ácido hialurónico) y por su textura ligera, ideal incluso para pieles grasas o mixtas. Además, responde a la tendencia actual de buscar activos biotecnológicos sostenibles y altamente eficaces”, señala Paula Rodríguez.
Y es que su fórmula tiene un punto diferencial: no solo hidrata, sino que crea una película invisible que evita que el agua se evapore, dejando la piel jugosa y flexible durante más tiempo. “El ácido poliglutámico actúa formando una película invisible sobre la piel que evita la pérdida de agua transepidérmica, manteniendo la hidratación durante más tiempo”, añade la experta.

Ácido poliglutámico: para qué sirve y qué beneficios tiene
Este ingrediente se ha convertido en un esencial de los sérums hidratantes porque va más allá de la simple humectación.
“Entre sus principales beneficios destacan el aumento de la elasticidad y suavidad de la piel. También mejora la luminosidad y la textura cutánea y potencia el efecto de otros activos hidratantes. Por último, refuerza la función barrera y contribuye a una piel más saludable y resistente”, asegura Paula Rodríguez.
Traducido al lenguaje beauty: menos sensación de tirantez, más confort y ese “efecto glow” que todas buscamos, incluso sin maquillaje. Además, su capacidad para reforzar la barrera cutánea lo convierte en un aliado perfecto si has abusado de los exfoliantes, el retinol o los tratamientos intensivos.

Diferencias entre ácido poliglutámico y ácido hialurónico
Aunque ambos comparten objetivo —hidratar—, su manera de actuar es distinta. “El ácido hialurónico tiene un peso molecular variable y puede penetrar en capas más profundas para captar agua desde el interior. El ácido poliglutámico, en cambio, se queda en la superficie, formando una malla protectora que impide que la hidratación se evapore”, explica la bioquímica.
Por eso, más que rivales, son el dúo perfecto para una piel equilibrada. “Más que competir, son activos complementarios. De hecho, la combinación de ambos ofrece una hidratación ‘multicapa’ desde la superficie hasta las capas más internas de la epidermis”, añade la experta.
En resumen, el ácido hialurónico hidrata desde dentro, mientras que el poliglutámico sella la hidratación en la superficie para que no se escape.

Con qué combinar el ácido poliglutámico
Este activo es tan versátil que puede potenciarse con casi cualquier ingrediente de tu rutina.
“Funciona especialmente bien junto al ácido hialurónico, para una hidratación más completa; niacinamida, para mejorar la función barrera y aportar luminosidad; ceramidas, que ayudan a reforzar la capa lipídica; y péptidos o antioxidantes, para potenciar la firmeza y protección frente al estrés oxidativo”, explica la portavoz de Druni.
Así que si ya usas un sérum de hialurónico, añadir un producto con ácido poliglutámico puede ser el paso definitivo para conseguir esa piel rellena, luminosa y sin signos de deshidratación.
¿Es apto para todo tipo de pieles?
La respuesta es sí. “En general, el ácido poliglutámico es un activo muy bien tolerado, incluso por pieles sensibles. No presenta riesgos conocidos de irritación o fotosensibilidad”, asegura Paula Rodríguez. Y aunque no requiere precauciones especiales, conviene hacer una pequeña prueba si tu piel es extremadamente reactiva.
“Como siempre, se recomienda probar el producto antes de su uso continuado si la piel es muy reactiva, pero no tiene contraindicaciones relevantes ni incompatibilidades con otros ingredientes cosméticos”, concluye.

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Preguntas frecuentes (FAQs)
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¿Qué es el ácido poliglutámico y cuáles son sus propiedades?
El ácido poliglutámico es un biopolímero natural con capacidad para retener agua en la piel, proporcionando hidratación y elasticidad.
¿Por qué el ácido poliglutámico se ha vuelto popular en cosmética?
El ácido poliglutámico destaca por su poder hidratante superior al ácido hialurónico y su textura ligera, ideal para diferentes tipos de piel.
¿Cuáles son los beneficios del ácido poliglutámico en la piel?
Entre los beneficios se encuentran el aumento de elasticidad, suavidad, luminosidad y mejora de la función barrera, promoviendo una piel más saludable.
¿Con qué otros ingredientes se puede combinar el ácido poliglutámico en la rutina de cuidado de la piel?
El ácido poliglutámico se puede combinar con ácido hialurónico, niacinamida, ceramidas, péptidos o antioxidantes para potenciar diferentes beneficios en la piel.