¿Cepillo interdental o hilo dental? Pros y contras

Si estás aquí es porque te importa tu sonrisa. Y sí, cepillarte los dientes dos veces al día está muy bien, pero si te olvidas de los espacios entre diente y diente… Houston, tenemos un problema. ¿La solución? En el mundo de la higiene bucal hay dos grandes aliados: el hilo dental y el cepillo interdental.

Pero, ¿cuál es mejor? ¿Cuál deberías usar tú? Spoiler: el cepillo interdental está ganando puntos. Aquí te lo contamos todo.

¿Qué son los cepillos interdentales?

Pequeños, prácticos y súper eficaces.  Los cepillos interdentales son mini cepillos diseñados para limpiar los espacios que el cepillo de dientes tradicional no alcanza: los interdentales, claro. 

Piensa en ellos como una especie de escobillita que se desliza entre tus dientes para barrer restos de comida, placa bacteriana y prevenir caries y enfermedades de encías.

¿Por qué es importante su uso para la higiene bucal?

Porque una sonrisa bonita empieza por unas encías sanas. Y si no limpias entre diente y diente, ahí se queda la placa.  El cepillo interdental ayuda a evitar la gingivitis, el mal aliento y otras afecciones bucales que, créenos, no quieres tener.  ¿Otro plus? Mejora la eficacia del blanqueamiento dental, si usas uno.

¿Cómo elegir los cepillos interdentales idóneos para ti?

Aquí no vale el “uno para todos”. Elegir tu cepillo interdental ideal depende de varios factores, como el tamaño del espacio entre tus dientes y tu nivel de destreza. Porque sí, hay quien prefiere modelos con mango largo, con forma curva o con cabeza flexible. Lo mejor es dejarte aconsejar por tu dentista. Pero mientras, te contamos lo básico.

Según tamaño de los cepillos interdentales

El tamaño sí importa. Los cepillos interdentales se clasifican por su grosor, desde ultrafinos (para espacios muy estrechos) hasta más anchos (para ortodoncias o encías retraídas).  Usar uno demasiado grande puede dañar tus encías.  Uno demasiado pequeño, no limpiará bien. La clave: que entre sin forzar.

Según la forma del cepillo

Aquí entramos en el universo de la ergonomía dental. Puedes elegir cepillos rectos o angulados.  Los angulados son ideales para acceder a zonas más complicadas, como los molares.  ¿Tienes brackets? Entonces un cepillo angular será tu nuevo mejor amigo.

Tipos de cepillos interdentales

Sí, también hay subcategorías. Porque no todos los cepillos interdentales son iguales. Y según tus necesidades, uno será mejor que otro.

Cepillos interdentales ultrafinos

Son perfectos si tienes los dientes muy juntos o encías sensibles. También son los más recomendados para quienes se inician en esta rutina.  Algunos vienen recubiertos de filamentos suaves para que el contacto con la encía sea lo más delicado posible. 

Cepillos interdentales cónicos

Van de menos a más grosor.  Son versátiles, ya que permiten limpiar espacios de diferente tamaño con un solo cepillo.  Ideal si tienes varios espacios interdentales irregulares o llevas ortodoncia.

Cepillos interdentales cilíndricos

Son uniformes en su grosor y funcionan muy bien para quienes tienen los espacios entre dientes parecidos.  Son sencillos, cómodos y eficaces para una rutina diaria sin complicaciones. 

¿Cuándo usar los cepillos interdentales?

Lo ideal es usarlos una vez al día, preferiblemente por la noche, antes o después del cepillado. Si llevas ortodoncia, el uso puede ser incluso más frecuente. Un truco: ten uno en el neceser para esos momentos “post comida con perejil”.

¿Por qué es mejor el cepillo interdental frente a otros?

Aunque el hilo dental sigue teniendo su lugar, sobre todo si tus dientes están muy juntos, los estudios clínicos demuestran que el cepillo interdental es más eficaz a la hora de eliminar la placa. Además, es más fácil de usar (¡adiós peleas con el hilo que se rompe!) y más amable con tus dedos. Es decir: menos drama y más limpieza.

Cómo usar el cepillo interproximal

Primero, elige el tamaño adecuado. Después, introdúcelo suavemente entre los dientes sin forzar. Haz un movimiento de vaivén, de dentro hacia fuera, un par de veces. No es necesario usar pasta dentífrica. Y si notas sangrado los primeros días, no te asustes: suele pasar cuando hay inflamación y mejora con el uso regular.