Indice de contenidos
Si pensabas que ya lo habías visto todo en el mundo de los tratamientos faciales, espera a conocer la nueva revolución beauty que está conquistando a dermatólogos, celebrities y amantes de la piel bonita: los polinucleótidos.
Este tratamiento de medicina estética promete no solo mejorar el aspecto de la piel, sino también regenerarla desde dentro, con resultados que van mucho más allá de un simple efecto “buena cara”. Y lo mejor, su acción es progresiva y natural, nada de cambios drásticos ni artificiales.
¿Qué son los polinucleótidos y para qué sirven?

“Los polinucleótidos son cadenas de fragmentos de ADN o ARN de origen natural, muy similares a los que forman parte de nuestras células. En cosmética y medicina estética, se utilizan por su capacidad de hidratar profundamente, favorecer la regeneración celular y mejorar la calidad de la piel”, explica la farmacéutica Mari Paz Pellús, experta en dermofarmacia y portavoz de Druni.
En otras palabras, se trata de moléculas inteligentes que actúan como refuerzo para la piel, ayudándola a recuperar su vitalidad y juventud. No en vano, su uso no se limita a un único objetivo: desde mejorar la textura hasta potenciar la luminosidad, pasando por un extra de firmeza.
¿Cómo funcionan los polinucleótidos en la piel?

“Actúan como ‘señales biológicas’ que estimulan a las células cutáneas (especialmente los fibroblastos) para que produzcan más colágeno, elastina y ácido hialurónico. Además, tienen efecto antioxidante, ayudando a neutralizar radicales libres y a reducir el daño causado por la radiación solar y el envejecimiento”, señala la farmacéutica.
Esto significa que no solo rellenan o hidratan, sino que reprograman a la piel para que se repare y se mantenga saludable por sí misma. Piensa en ellos como un “coach” celular que entrena a tu piel para que trabaje mejor y más rápido en su regeneración natural.
Aplicaciones de los polinucleótidos en Medicina Estética

En clínicas especializadas, los polinucleótidos están ganando terreno como una alternativa (o complemento) a tratamientos clásicos como el ácido hialurónico o la toxina botulínica. Se utilizan para:
- Mejorar la calidad de la piel en rostro, cuello, escote y manos.
- Potenciar la regeneración tras procedimientos como láser, peelings o microneedling.
- Tratar cicatrices o marcas de acné.
- Rejuvenecer zonas delicadas como el contorno de ojos.
“Mejoran la firmeza y elasticidad, aumentan la hidratación y la luminosidad, atenúan arrugas finas y líneas de expresión, favorecen la reparación de la piel dañada por sol, estrés o polución y potencian la regeneración tras procedimientos estéticos”, resume la experta.
¿Cómo es el tratamiento con polinucleótidos?

Aunque existen fórmulas cosméticas que incluyen polinucleótidos, el protocolo más eficaz es el que se realiza en consulta médica.
“Generalmente se aplican mediante microinyecciones superficiales en la piel (mesoterapia) o como parte de fórmulas cosméticas avanzadas. El número de sesiones depende del estado inicial de la piel, pero suele recomendarse un protocolo de varias aplicaciones espaciadas. Los resultados son progresivos, notándose una piel más hidratada, luminosa y con mejor textura desde las primeras semanas”, detalla la farmacéutica.
La clave está en la personalización: cada piel es distinta y, por eso, la frecuencia y el número de sesiones se adaptan según las necesidades. Lo habitual es notar cambios visibles desde la primera cita, pero con un efecto que mejora y se prolonga en el tiempo.
Beneficios de los polinucleótidos

Más allá de la mejora estética, los polinucleótidos trabajan en un plano profundo: regeneran, reparan y optimizan el funcionamiento celular. Esto se traduce en una piel más sana, resiliente y protegida frente al envejecimiento prematuro.
Lo interesante es que no aportan volumen artificial, sino que fomentan un cambio progresivo y natural. El resultado final no es “una piel con tratamiento”, sino tu piel en su mejor versión. Más firme, más luminosa y con una textura uniforme.
En un momento en el que la tendencia beauty apuesta por la naturalidad, los polinucleótidos encajan como anillo al dedo. Y aunque no sustituyen a otros tratamientos, sí son un aliado perfecto para quienes buscan rejuvenecer sin perder la expresión ni alterar los rasgos.
Más artículos relacionados
↓ ↓ ↓ ↓ ↓
Preguntas frecuentes (FAQs)
↓ ↓ ↓ ↓ ↓
¿Qué son los polinucleótidos y para qué se utilizan en estética?
Los polinucleótidos son cadenas de ADN o ARN de origen natural que se utilizan en medicina estética por su capacidad para regenerar la piel desde el interior. Ayudan a hidratar en profundidad, mejorar la elasticidad y estimular la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico.
¿Cómo actúan los polinucleótidos en la piel?
Actúan como señales biológicas que estimulan las células cutáneas, especialmente los fibroblastos, para regenerar tejidos, combatir el envejecimiento y mejorar la calidad de la piel. Además, tienen efectos antioxidantes y reparadores.
¿En qué zonas se puede aplicar el tratamiento con polinucleótidos?
Se puede aplicar en rostro, cuello, escote, manos y contorno de ojos. También se utiliza para tratar cicatrices, marcas de acné o como complemento tras procedimientos como láser, peeling o microneedling.
¿Cómo se aplica el tratamiento con polinucleótidos?
El tratamiento se realiza mediante microinyecciones superficiales (mesoterapia). Se requieren varias sesiones, personalizadas según las necesidades de cada piel. Los resultados son progresivos y naturales.