¿Tienes bultitos en el cuello? Qué son los fibromas blandos y cómo cuidarlos

¿Has notado pequeños bultitos en el cuello, las axilas o el escote que no desaparecen? Tranquila, lo más probable es que se trate de fibromas blandos, también conocidos como acrocordones. Son lesiones benignas muy comunes (especialmente a partir de los 30 años) y, aunque pueden resultar antiestéticas o incómodas, no suponen ningún riesgo para la salud.

A continuación, te explicamos qué son los fibromas blandos, por qué aparecen y cómo eliminarlos si te molestan.

¿Qué son los fibromas blandos y cómo cuidarlos?

Los fibromas blandos son pequeñas formaciones de piel que sobresalen levemente y tienen una textura blanda o elástica. Pueden tener forma redondeada o alargada, y su color varía entre el tono de la piel y un marrón claro. Son completamente benignos y no contagiosos, y suelen crecer lentamente con el tiempo.

Aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, lo más habitual es encontrarlos en zonas donde la piel se roza o pliega, como el cuello, las axilas, los párpados, el escote o debajo del pecho. En muchos casos, su tamaño es milimétrico, pero algunos pueden alcanzar varios milímetros o incluso un centímetro.

Diferencia entre fibromas y verrugas

Una de las dudas más frecuentes es si los fibromas blandos son lo mismo que las verrugas. La respuesta es no. Las verrugas son causadas por el virus del papiloma humano (VPH) y, por tanto, son contagiosas; los fibromas, en cambio, no tienen origen viral, sino que se deben a factores mecánicos, genéticos u hormonales.

Además, su textura también es diferente: mientras las verrugas suelen ser rugosas y compactas, los fibromas son más blandos y móviles al tacto.

Tipos de fibromas

Fibromas blandos (acrocordones o pólipos fibroepiteliales)

Son los más frecuentes. De aspecto colgante o pediculado, se forman principalmente en pliegues cutáneos y zonas de roce. Aunque no duelen, pueden irritarse fácilmente con el roce de la ropa o los accesorios, por lo que muchas personas optan por eliminarlos por motivos estéticos o de comodidad.

Fibromas duros (dermatofibromas)

Se diferencian por su consistencia: son nódulos más compactos y firmes que suelen aparecer en piernas o brazos. Tampoco son peligrosos, pero, a diferencia de los fibromas blandos, no cuelgan ni se mueven al tocarlos.

Causas y aparición de los fibromas blandos

¿Por qué aparecen los fibromas en la piel?

Aunque no hay una única causa, sí se han identificado varios factores que pueden favorecer su aparición. El principal es el roce constante de la piel o de prendas ajustadas, que estimula el crecimiento de tejido dérmico. También influyen los cambios hormonales (por eso son más frecuentes durante el embarazo o la menopausia), la predisposición genética y el sobrepeso.

Algunas investigaciones apuntan, además, a que pueden estar relacionados con la resistencia a la insulina o el síndrome metabólico, aunque no siempre es así.

Dónde aparecen y cómo reconocer los fibromas cutáneos

Los lugares más comunes son el cuello, las axilas, el escote, la ingle y los párpados. Se reconocen fácilmente porque son blandos, indoloros y del mismo color que la piel o ligeramente más oscuros. A diferencia de los lunares o las verrugas, suelen tener una base estrecha, como un pequeño “rabito” que los une a la piel.

Diagnóstico de fibromas blandos

El diagnóstico es muy sencillo y normalmente basta con la observación visual por parte de un dermatólogo. No requieren biopsia ni pruebas complementarias, salvo que presenten características atípicas (como un cambio de color o sangrado sin motivo aparente). En caso de duda, el especialista podrá descartar otras lesiones cutáneas con un examen dermatoscópico.

Tratamiento y eliminación de fibromas blandos

¿Cuándo eliminar los fibromas blandos?

Eliminar los fibromas no es obligatorio, ya que no representan un problema médico. Sin embargo, muchas personas deciden hacerlo por motivos estéticos o cuando el roce constante provoca irritación, picor o sangrado. En esos casos, la intervención dermatológica es la mejor opción.

Métodos de eliminación

Existen varios métodos eficaces y seguros para eliminar fibromas blandos. Entre los más habituales están:

  • Electrocoagulación: consiste en cauterizar el fibroma mediante corriente eléctrica.
  • Crioterapia: se congela la lesión con nitrógeno líquido para que caiga de forma natural.
  • Láser dermatológico: una de las técnicas más rápidas y precisas, ideal para zonas visibles.
  • Escisión quirúrgica: se corta con bisturí o tijeras estériles, generalmente sin dejar cicatriz.

En todos los casos, el procedimiento debe realizarlo un dermatólogo o profesional sanitario cualificado. No se recomienda intentar quitarlos en casa, ya que podría causar infecciones o cicatrices.

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