Indice de contenidos
Hay activos que suenan a laboratorio, pero en realidad vienen de la naturaleza. Uno de ellos es el EGCG (epigalocatequina galato), el polifenol más potente del té verde y uno de los ingredientes más prometedores para quienes buscan una piel más equilibrada, calmada y libre de imperfecciones. Suena a palabra técnica, sí, pero detrás de esas siglas se esconde un auténtico escudo antioxidante que está revolucionando la cosmética moderna.


Bioquímica
Especialista en Dermofarmacia y Cosmética
Paula Rodríguez Hernández

Qué es el EGCG (y por qué todos hablan de él)

“El EGCG, o epigalocatequina galato, es el principal polifenol presente en las hojas del té verde. Se trata de un potente antioxidante y antiinflamatorio natural, ampliamente estudiado en el campo de la dermatología y la cosmética”, explica Paula Rodríguez, bioquímica especializada en dermofarmacia y cosmética, y portavoz de Druni.
Su poder se debe a su capacidad para neutralizar radicales libres, esos responsables invisibles del envejecimiento cutáneo, pero también a su habilidad para regular la inflamación y modular la actividad de las glándulas sebáceas. “Su eficacia se debe a su capacidad para neutralizar radicales libres, regular la inflamación y modular la actividad de las glándulas sebáceas, tres factores clave en el envejecimiento cutáneo y en los procesos acneicos”, apunta la experta.
EGCG: un calmante natural para pieles irritadas

Una de las razones por las que el té verde EGCG se ha ganado un hueco en las rutinas de belleza más virales de TikTok (y en los laboratorios de las grandes marcas de cosmética) es su efecto antiinflamatorio y calmante.
“Los beneficios que tiene para la piel son, por un lado, una acción antiinflamatoria y calmante, ya que reduce la irritación, el enrojecimiento y la sensibilidad cutánea”, señala Rodríguez. En la práctica, esto se traduce en una piel menos reactiva, más uniforme y con esa sensación de alivio que solo los activos bien tolerados pueden ofrecer.
No es casualidad que se haya convertido en un must para pieles sensibles o con tendencia a la rosácea. “El EGCG es especialmente interesante para las pieles sensibles, reactivas o con rosácea, ya que disminuye la inflamación y fortalece la función barrera. Su acción calmante ayuda a reducir la sensación de ardor, picor o enrojecimiento, y además protege frente a los factores ambientales que suelen agravar la sensibilidad cutánea”, explica la bioquímica.
Aliado antiacné (sin irritar)

Más allá del efecto calmante, el extracto de té verde EGCG es uno de los pocos ingredientes naturales con acción seborreguladora demostrada. “También es seborregulador porque ayuda a controlar la producción de sebo, especialmente en pieles grasas o con tendencia acneica”, afirma Rodríguez.
Esto significa que reduce el exceso de brillo y la obstrucción de poros sin resecar ni provocar ese efecto rebote típico de otros tratamientos más agresivos. Además, añade un plus: su ligero efecto antibacteriano, perfecto para mantener a raya la proliferación de Cutibacterium acnes, la bacteria implicada en los brotes de acné.
“Además, es antioxidante, por lo que protege frente al daño oxidativo inducido por la radiación UV y la contaminación, previniendo el envejecimiento prematuro. También es un antibacteriano suave, ya que limita la proliferación de Cutibacterium acnes. Y, por último, tiene una acción reparadora, es decir, contribuye a mejorar la función barrera y el equilibrio general de la piel”, explica Rodríguez.
Cómo introducir el EGCG en tu rutina facial

El EGCG del té verde puede encontrarse en diferentes formatos cosméticos —sérums, brumas, tónicos o cremas ligeras—, pero lo importante es el momento y la constancia.
“En pieles acneicas, el EGCG es un aliado excelente porque actúa sin irritar ni alterar la microbiota cutánea. Puede incorporarse en sérums o geles ligeros, aplicados después de la limpieza y antes de la hidratación, así como en tónicos o brumas calmantes, para reducir la inflamación y equilibrar el sebo”, recomienda Paula Rodríguez.
Una rutina ideal incluiría un limpiador suave, seguido de un sérum con EGCG (mejor si se combina con niacinamida o zinc, que potencian su acción equilibrante), y una hidratante ligera sin aceites. “También podemos encontrarlo en formulaciones combinadas con niacinamida o zinc, que potencian su acción seborreguladora. Lo ideal es usarlo de forma continua, mañana y noche, ya que sus efectos son progresivos y su tolerancia es muy alta”, añade la experta.
Más que antioxidante: un escudo frente al estrés urbano

Vivir en la ciudad implica exposición constante a la polución, la radiación solar, el estrés y la falta de sueño, todos ellos factores que inflaman la piel y aceleran el envejecimiento. En este contexto, el EGCG actúa como un neutralizador del daño ambiental y un refuerzo de la función barrera, ayudando a la piel a recuperar su equilibrio natural.
Por su perfil antioxidante y suave, La bioquímica Paula Rodríguez lo define como “un activo que equilibra y refuerza la piel sin causar irritación, incluso en formulaciones de uso diario”. Su uso regular no solo mejora el aspecto de la piel, sino que la fortalece frente a los agresores externos, lo que se traduce en una tez más resistente, luminosa y saludable.
Más artículos relacionados
↓ ↓ ↓ ↓ ↓
Preguntas frecuentes (FAQs)
↓ ↓ ↓ ↓ ↓
¿Qué es el EGCG y cuáles son sus beneficios para la piel?
El EGCG es el principal polifenol presente en el té verde, conocido por ser un potente antioxidante, antiinflamatorio y regulador de las glándulas sebáceas.
¿Por qué el EGCG es recomendado para pieles sensibles o con tendencia a la rosácea?
El EGCG tiene efecto antiinflamatorio y calmante, reduce la irritación, el enrojecimiento y fortalece la función barrera, siendo ideal para pieles sensibles.
¿Cómo actúa el EGCG en pieles acneicas y qué beneficios aporta?
El extracto de té verde EGCG es seborregulador, reduce el exceso de brillo y obstrucción de poros, tiene efecto antibacteriano y antioxidante, siendo beneficioso para pieles acneicas.
¿Cómo incorporar el EGCG en la rutina facial y en qué formatos se encuentra?
Se puede encontrar en sérums, brumas, tónicos o cremas. Se recomienda usarlo después de la limpieza y antes de la hidratación, combinado con niacinamida o zinc para potenciar su acción equilibrante.