Sales de Epsom: Qué son y cómo usarlas para un baño relajante y muscular

Si después de un día largo solo sueñas con sumergirte en un baño caliente, las sales de Epsom pueden convertirse en tu nuevo ritual de bienestar. Famosas en TikTok, Pinterest y hasta en las rutinas de autocuidado de las celebrities, prometen aliviar la tensión muscular, reducir el estrés y dejar la piel más suave. Pero ¿qué hay realmente detrás de este clásico de los baños relajantes? Te contamos todo lo que necesitas saber antes de llenar la bañera.

¿Qué son las sales de Epsom?

A simple vista pueden parecer sal marina o de baño común, pero las sales de Epsom tienen una composición y propiedades muy diferentes. Se disuelven fácilmente en agua caliente y liberan minerales que, según quienes las usan habitualmente, ayudan a relajar el cuerpo y la mente.

Composición química

El nombre químico de las sales de Epsom es sulfato de magnesio heptahidratado. Esto significa que su componente principal es el magnesio, un mineral esencial que interviene en más de 300 funciones del organismo, entre ellas el funcionamiento de los músculos y el sistema nervioso.

Origen y nombre

El término “Epsom” proviene de la localidad inglesa del mismo nombre, donde se descubrieron por primera vez estas sales en fuentes naturales de agua mineral a principios del siglo XVII. Su uso se extendió rápidamente por Europa como remedio tradicional para aliviar dolores y favorecer la relajación. Hoy en día se comercializan de manera sintética, pero conservan las mismas propiedades químicas y efectos.

Propiedades y beneficios de las sales de Epsom

Aunque su fama se ha multiplicado gracias a las redes sociales, lo cierto es que las sales de Epsom llevan siglos utilizándose por sus múltiples beneficios.

Restauración de niveles de magnesio

Uno de los argumentos más conocidos a favor de estas sales es que pueden ayudar a restaurar los niveles de magnesio en el cuerpo. Este mineral es clave para reducir la fatiga, mantener la función muscular y mejorar el estado de ánimo. Aunque la evidencia científica sobre su absorción cutánea es limitada, muchos usuarios aseguran sentirse más descansados y con menos rigidez muscular tras los baños.

Alivio del estrés

Sumergirse en un baño caliente con sales de Epsom no solo es un placer sensorial: también puede tener un efecto relajante sobre el sistema nervioso. El magnesio está vinculado a la producción de serotonina, la llamada “hormona de la felicidad”, lo que explicaría la sensación de calma que deja este ritual. Perfecto para desconectar después de un día agotador o antes de dormir.

Relajación muscular

Uno de sus usos más populares es para aliviar dolores musculares o articulares después de entrenar o de jornadas largas de pie. El calor del agua, junto con el magnesio, contribuye a relajar las fibras musculares y a reducir la sensación de sobrecarga. Es especialmente útil en casos de agujetas o tensión cervical.

Usos y aplicaciones

Además de su función estrella en los baños, las sales de Epsom tienen otros usos cosméticos y de cuidado personal.

Baños relajantes

Para preparar un baño clásico, basta con añadir dos tazas de sales de Epsom al agua caliente de la bañera y sumergirse durante unos 15 o 20 minutos. Puedes potenciar el efecto añadiendo unas gotas de aceites esenciales (lavanda, eucalipto o romero) o velas aromáticas. La combinación de calor, aroma y magnesio ayuda a relajar cuerpo y mente.

Exfoliante corporal

Si lo tuyo no es bañarte, también puedes usarlas como exfoliante corporal. Mezcla una pequeña cantidad con aceite de coco o de almendras y masajea suavemente sobre la piel húmeda. Su textura granulada elimina células muertas y deja la piel más lisa y suave, especialmente en codos, rodillas y pies.

Tratamiento para cabellos grasos

En el terreno capilar, las sales de Epsom pueden ayudar a equilibrar el exceso de grasa en el cuero cabelludo. Mezcla una cucharada con tu champú habitual y masajea con movimientos circulares antes de aclarar. Este truco ayuda a eliminar residuos y aporta más volumen al cabello. Eso sí, no se recomienda abusar de este método, ya que puede resecar si se usa con demasiada frecuencia.

¿Funcionan realmente los baños de sales de Epsom?

A pesar de su popularidad, la ciencia no ha confirmado del todo que el magnesio se absorba eficazmente a través de la piel. Sin embargo, muchos expertos coinciden en que el efecto relajante del baño caliente —sumado al aroma y al momento de pausa— ya supone un beneficio en sí mismo para el bienestar físico y emocional.

Evidencia científica

Algunos estudios sugieren que el sulfato de magnesio puede ayudar a mejorar la circulación y reducir la inflamación, pero aún se necesitan más investigaciones para confirmarlo. Lo que sí está claro es que los baños con sales de Epsom pueden ser un excelente ritual de autocuidado: ayudan a desconectar, favorecen la relajación y dejan la piel más suave y tonificada.

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Preguntas frecuentes (FAQs)

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¿Qué son las sales de Epsom y cuáles son sus propiedades?

Las sales de Epsom son sulfato de magnesio heptahidratado, que contiene magnesio esencial para relajar el cuerpo y la mente.

¿Cuáles son los beneficios de las sales de Epsom?

Entre sus beneficios se encuentran la restauración de niveles de magnesio, alivio del estrés y relajación muscular, entre otros.

¿Cómo se pueden utilizar las sales de Epsom?

Se pueden usar en baños relajantes añadiendo dos tazas al agua caliente, como exfoliante corporal o para equilibrar la grasa del cuero cabelludo.

¿Funcionan realmente los baños de sales de Epsom?

Aunque la absorción de magnesio por la piel no está totalmente confirmada, los baños con sales de Epsom ofrecen beneficios de relajación y bienestar físico y emocional.

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