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¿Te has preguntado alguna vez si estás exfoliando tu piel en exceso o demasiado poco? La exfoliación es ese paso clave que muchas veces subestimamos, pero que puede marcar la diferencia entre una piel apagada y una que brilla con luz propia. La clave está en saber cada cuánto se debe exfoliar la cara según tu tipo de piel y elegir el producto adecuado.
Y no, no es lo mismo tener la piel grasa que sensible. Y sí, exfoliar no significa frotar con fuerza, sino renovar con suavidad.
¿Qué es la exfoliación? ¿Cómo actúa en la piel?

“Cuando las células muertas se acumulan, la piel puede lucir opaca, áspera y con imperfecciones. Al exfoliar, lo que hacemos es ayudar a la piel a desprenderse de esas células superficiales, dejando al descubierto una piel más fresca, luminosa y receptiva a los tratamientos posteriores”, añaden las expertas.
Los beneficios de la exfoliación facial

Si aún dudas si incluir este paso en tu rutina, atenta a lo que puede hacer por ti. Según las expertas, estos son los principales beneficios de la exfoliación facial:
“Una piel más luminosa y radiante, ya que, al eliminar las células muertas, la piel recupera su brillo natural. Mejora de la textura, reducción de imperfecciones y poros más limpios. Además, se consigue una mayor eficacia de los productos, ya que una piel exfoliada absorbe mejor los principios activos. También se estimula la producción de colágeno, unificando el tono y atenuando manchas”.
Tipos de exfoliación

No todos los exfoliantes son iguales. En dermocosmética se distinguen tres tipos:
- Física: con microgránulos o herramientas como cepillos faciales. “Son ideales para quienes disfrutan de una sensación de limpieza profunda, pero requieren una aplicación controlada y con partículas suaves para no dañar la piel”, aclaran.
- Química: con ácidos AHA y BHA que disuelven los enlaces que mantienen las células muertas. Perfectos para pieles con textura irregular o acné.
- Enzimática: con enzimas naturales como la papaya o la piña. Muy recomendada para pieles sensibles o sensibilizadas, ya que actúa sin fricción.
¿Cómo exfoliar la piel de la cara?

La técnica es casi tan importante como el producto. Si usas exfoliantes físicos, aplícalos con la piel húmeda y movimientos circulares suaves, evitando el contorno de ojos.
Para los exfoliantes químicos, sigue las indicaciones del fabricante: algunos se aclaran, otros no. Y siempre empieza por concentraciones bajas. “Puedes optar también por exfoliaciones químicas periódicas en centros especializados”, apuntan las farmacéuticas.
La exfoliación según tu tipo de piel

Piel normal
Tolerante y agradecida, puede usar exfoliantes químicos suaves una o dos veces por semana. “Lo ideal es mantener la luminosidad y prevenir la acumulación de impurezas”, dicen las expertas.
Piel seca
Acumula células muertas fácilmente y se siente tirante. “Recomendamos AHAs suaves como el ácido láctico, exfoliación enzimática o PHA una vez por semana, para eliminar células sin dañar la barrera cutánea”, aconsejas las farmacéuticas.
Piel grasa
Aquí la exfoliación es clave. “Los BHA como el ácido salicílico limpian el poro en profundidad. Puedes exfoliarte 2 o 3 veces por semana, incluso a diario con tónicos suaves. También puedes usar exfoliantes físicos, pero con mucha suavidad”, añaden.
Piel sensible
Menos es más. “Lo mejor son enzimas o AHAs de muy baja concentración. Máximo una vez cada 15-20 días. Y siempre hacer una prueba antes. Si la piel se irrita, reduce la frecuencia”, aconsejan.
Piel mixta
Puedes combinar AHA y BHA dos veces por semana y observar cómo reacciona cada zona del rostro para ajustar el uso.
¿Con qué frecuencia debo exfoliar la piel?

No existe una única fórmula mágica. “La frecuencia y el tipo de exfoliación deben adaptarse a cada piel”, recuerdan Marta Barrero y Elena Ramos, farmacéuticas, expertas en dermocosmética, directoras de The Secret Lab y portavoces de Druni. A modo general:
- Piel grasa: 2 o 3 veces por semana.
- Piel normal o mixta: 1 o 2 veces por semana.
- Piel seca o sensible: cada 10 o 15 días.
Y ojo con los signos de alerta. Si notas rojeces, tirantez o descamación, puede que te estés pasando.
¿Cuál es el mejor momento para la exfoliación?
“La noche es el momento ideal”, señalan Barrero y Ramos. “Durante el sueño la piel se regenera y se recupera mejor. Además, muchos exfoliantes aumentan la sensibilidad solar, por lo que es mejor evitar su uso durante el día. Si se usan de día, hay que aplicar protección solar sí o sí”, añaden las farmacéuticas.
Después de exfoliar, mima tu piel con un sérum hidratante y tu crema habitual. No solo ayudarás a calmarla, sino que potenciarás el efecto de todo lo que te apliques después.
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Preguntas frecuentes (FAQs)
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¿Qué es la exfoliación facial y para qué sirve?
La exfoliación facial es el proceso de eliminar las células muertas acumuladas en la capa superficial de la piel. Este paso esencial en la rutina de cuidado facial ayuda a conseguir una piel más luminosa, suave, con poros limpios y mejor textura. Además, potencia la absorción de otros tratamientos como serums o cremas hidratantes.
¿Cuáles son los beneficios de exfoliar la cara?
Exfoliar el rostro regularmente mejora la luminosidad, unifica el tono, estimula la producción de colágeno, reduce imperfecciones y deja la piel más receptiva a los tratamientos. También ayuda a prevenir la obstrucción de poros y la aparición de granitos o puntos negros.
¿Cómo exfoliar correctamente la piel del rostro?
Aplica el exfoliante sobre la piel húmeda con movimientos suaves y circulares, evitando el contorno de ojos. En el caso de exfoliantes químicos, sigue las instrucciones del producto y empieza con bajas concentraciones. No es necesario ejercer fuerza ni frotar en exceso.
¿Cuál es el mejor momento del día para exfoliar la cara?
La noche es el momento ideal para exfoliar el rostro, ya que la piel se regenera durante el descanso. Además, muchos exfoliantes pueden aumentar la sensibilidad solar, por lo que es mejor evitar su uso durante el día o aplicar protección solar alta si se usan por la mañana.