Ácido Ácido láctico: ¿qué es y para qué sirve?

Ácido Láctico

Si te interesa el cuidado de la piel y los ingredientes cosméticos que realmente funcionan, es muy probable que hayas oído hablar del ácido láctico. Este activo forma parte de los exfoliantes químicos más populares por su capacidad para renovar la piel sin dañarla, aportando suavidad, luminosidad y una textura mucho más uniforme.

En la búsqueda de una piel suave, luminosa y rejuvenecida, la exfoliación juega un papel fundamental y, por ello, te vamos a contar qué es el ácido láctico y para qué sirve, además de darte las claves para que puedas aprovechar todas sus propiedades.

¿Qué es el ácido láctico?

El ácido láctico es un alfa hidroxiácido (AHA) que se encuentra de forma natural en la leche y en ciertos vegetales fermentados. En cosmética, se utiliza como exfoliante químico suave y ha ganado popularidad por su eficacia a la hora de mejorar el aspecto de la piel sin causar irritación, especialmente en pieles sensibles o secas.

Pertenece a la misma familia de ácidos que el glicólico, pero a diferencia de este, tiene una molécula más grande, lo que le impide penetrar tan profundamente. ¿La ventaja? Actúa de forma más superficial y controlada, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para iniciarse en el uso de ácidos o si tienes la piel reactiva.

¿Para qué sirve el ácido láctico?

ácido láctico

El ácido láctico cumple una función principal: exfoliar suavemente la piel para eliminar células muertas y favorecer la regeneración celular.

Pero, más allá de la exfoliación, son muchos otros los beneficios del ácido láctico para la piel que lo hacen imprescindible en muchas rutinas de cuidado facial.

1. Exfolia sin agredir

Renueva la capa más superficial de la piel sin necesidad de arrastrar ni frotar. Esto mejora visiblemente la textura cutánea, dejándola más suave, lisa y con un tono más uniforme.

2. Ilumina el rostro

Al eliminar las células muertas, ayuda a revelar una piel más brillante y fresca, combatiendo el tono apagado que suele aparecer por el estrés, el cansancio o la contaminación.

3. Hidrata al mismo tiempo

A diferencia de otros exfoliantes más agresivos, el ácido láctico también tiene propiedades humectantes, lo que significa que atrae y retiene el agua en la piel, manteniéndola hidratada y flexible.

4. Ayuda a reducir líneas finas y arrugas

Con el uso constante, estimula la renovación celular y favorece la producción de colágeno, mejorando la apariencia de pequeñas líneas de expresión.

5. Unifica el tono de piel

Es un buen aliado para tratar la hiperpigmentación ligera, manchas solares y marcas de acné, aportando mayor uniformidad al rostro.

¿Cómo usar el ácido láctico en tu rutina facial?

El ácido láctico se presenta en muchos sérums, tónicos o mascarillas, y su concentración puede variar entre el 5% y el 10%. Para aprovechar sus beneficios al máximo, lo ideal es incorporarlo en la rutina nocturna, ya que puede aumentar la sensibilidad al sol.

Pasos recomendados:

  1. Limpia tu rostro con un limpiador suave que no reseque ni irrite.
  2. Aplica el producto con ácido láctico, preferiblemente en forma de sérum o tónico, según el formato que estés usando.
  3. Espera unos minutos para que actúe antes de seguir con el resto de productos.
  4. Hidrata tu piel con una crema nutritiva para sellar la rutina.
  5. Al día siguiente, no olvides aplicar protector solar de amplio espectro SPF 30 o superior.

¿Con qué frecuencia usarlo?

Si es tu primera vez usando ácidos, puedes comenzar una o dos veces por semana e ir aumentando la frecuencia según tu tolerancia. Las pieles más acostumbradas pueden usarlo incluso a diario en concentraciones bajas.

En Druni puedes encontrar una amplia gama de productos con ácido láctico, desde tónicos exfoliantes hasta sérums de noche que combinan este activo con otros ingredientes calmantes e hidratantes.

Tanto si estás empezando con los ácidos como si ya tienes experiencia, puedes elegir entre:

  • Sérums con ácido láctico al 5% o 10%, ideales para la noche.
  • Tónicos iluminadores que exfolian sin resecar.
  • Mascarillas suaves para una renovación semanal.
  • Combinaciones con ácido hialurónico o niacinamida, perfectas para pieles reactivas.

La selección de Druni te permite personalizar tu rutina facial con productos de alta calidad, adaptados a cada tipo de piel y necesidad específica.

¿Con qué otros ingredientes se puede combinar el ácido láctico?

ácido lactico

El ácido láctico puede combinarse de forma segura con otros activos, pero siempre teniendo en cuenta la sensibilidad de tu piel:

  • Ácido hialurónico: ideal para mantener la hidratación y calmar.
  • Niacinamida: ayuda a reforzar la barrera cutánea y a reducir rojeces.
  • Vitamina C: potencia la luminosidad si se usa en rutinas separadas (por ejemplo, vitamina C de día y ácido láctico de noche).
  • Péptidos: para mejorar firmeza y elasticidad.

Evita mezclarlo directamente con retinol o exfoliantes potentes (como BHA o ácido glicólico) si tu piel es sensible, para no sobreestimularla.

¿Cuándo se notan los efectos del ácido láctico?

Con un uso constante, los resultados pueden empezar a apreciarse a partir de la segunda semana, aunque los efectos más visibles —como una mejora en la textura, mayor luminosidad y suavidad— se observan a partir de las 4 semanas de uso regular. En conclusión, el ácido láctico es uno de los ingredientes más versátiles y suaves dentro del mundo de la exfoliación química. Perfecto para quienes buscan una piel más luminosa, suave y con mejor textura, este AHA es ideal incluso para pieles sensibles o secas que no toleran tratamientos más intensos.

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