Ácido málico: ¿qué es y para qué sirve?

Ácido Malico

Cuando hablamos de ingredientes que benefician la salud de la piel, los alfa hidroxiácidos (AHA) son algunos de los más valorados, conocidos por sus propiedades exfoliantes y rejuvenecedoras.

Entre ellos, el ácido málico destaca por su acción exfoliante suave y su capacidad para mejorar visiblemente la textura y el aspecto del rostro. Aunque es menos conocido que el ácido glicólico o el láctico, el málico tiene propiedades únicas que lo convierten en un gran aliado en cosmética.

Presente en cada vez más productos de cosmética, en Druni te contamos qué es y para qué sirve el ácido málico, un suave exfoliante derivado de las manzanas puede ser el secreto para conseguir una piel más lisa, luminosa y con un tono más uniforme.

¿Qué es el ácido málico?

El ácido málico es un alfa hidroxiácido (AHA) de origen natural, presente en frutas como las manzanas, las cerezas y las uvas en grandes cantidades. Su nombre proviene del latín malum (manzana), y ha sido utilizado en la industria alimentaria por su sabor ácido, pero también en cosmética por sus propiedades exfoliantes, antioxidantes e hidratantes.

Aunque suele usarse combinado con otros AHA, como el láctico o el glicólico, el ácido málico tiene un valor propio por su capacidad para renovar la piel de manera progresiva y menos agresiva, lo que lo hace ideal para pieles sensibles o que se inician en el uso de exfoliantes químicos.

Además, se distingue por su molécula de mayor tamaño, que le permite penetrar en la piel de forma más gradual, lo que lo convierte en una opción más suave y menos propensa a causar irritación.

¿Para qué sirve el ácido málico?

El ácido málico se utiliza en cosmética por su acción exfoliante química suave. Su principal función es acelerar el proceso de renovación celular, eliminando las células muertas acumuladas en la superficie de la piel para revelar una capa más fresca y luminosa.

Estos son los principales usos del ácido málico:

1. Exfoliación sin fricción:

El ácido málico rompe los enlaces entre las células muertas de la epidermis, permitiendo que se desprendan sin necesidad de frotar, como ocurre con los exfoliantes físicos.

2. Estimulación de la renovación celular:

Con su uso continuado, mejora la regeneración cutánea, ayudando a suavizar la textura de la piel, reducir imperfecciones y aportar luminosidad.

3. Hidratación adicional:

Tiene propiedades humectantes, lo que significa que ayuda a atraer y retener la humedad, dejando la piel más suave y flexible.

4. Efecto antioxidante:

Combate el daño oxidativo causado por los radicales libres, ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro.

5. Menos irritante para pieles sensibles:

Debido a su mayor tamaño molecular y penetración más lenta, el ácido málico suele ser mejor tolerado por pieles sensibles en comparación con otros AHA más potentes.

6. Puede potenciar la absorción de otros ingredientes:

Al exfoliar la capa superior de la piel, el ácido málico puede ayudar a que otros ingredientes activos de tus productos de cuidado de la piel se absorban de manera más eficaz.

¿Cómo se usa el ácido málico?

El ácido málico se encuentra principalmente en sérums, tónicos, exfoliantes químicos y mascarillas, y suele estar presente en concentraciones suaves o como parte de fórmulas combinadas.

¿Cuándo aplicarlo?

Lo ideal es incluirlo en la rutina nocturna, ya que, como ocurre con todos los AHA, puede aumentar la sensibilidad de la piel al sol. Durante el día, es imprescindible aplicar un protector solar.

¿Con qué frecuencia usarlo?

Dependerá de la formulación del producto y la sensibilidad de tu piel. Como norma general:

  • En tónicos o sérums suaves: 1 a 3 veces por semana.
  • En mascarillas exfoliantes: una vez por semana.
  • Si tu piel lo tolera bien, puedes aumentar gradualmente la frecuencia.

¿Cómo incluir el ácido málico en tu rutina?

  1. Limpieza: utiliza un limpiador suave.
  2. Aplicación del ácido málico: si es un tónico o sérum, aplícalo directamente sobre el rostro limpio.
  3. Hidratación: sigue con una crema hidratante que refuerce la barrera cutánea.
  4. Protección solar al día siguiente.

Consejos para usar el ácido málico de forma segura y eficaz

  • Empieza poco a poco:

Si es la primera vez que utilizas ácido málico, comienza aplicándolo unas pocas veces por semana para observar cómo reacciona tu piel.

  • Presta atención a las señales de tu piel:

Aunque es más suave, es importante estar atento a cualquier signo de irritación o sensibilidad. Reduce la frecuencia de uso si es necesario.

  • No olvides la protección solar:

Como con cualquier exfoliante, el ácido málico puede aumentar la sensibilidad de la piel al sol. Utiliza siempre un protector solar de amplio espectro durante el día.

  • Hidrata tu piel:

Después de exfoliar, asegúrate de mantener tu piel bien hidratada con una crema adecuada para tu tipo de piel.

  • Sé paciente:

Los resultados de la exfoliación con ácido málico pueden ser más graduales debido a su acción suave. La constancia es clave.

  • Consulta con un dermatólogo:

Si tienes alguna condición de piel preexistente o dudas sobre cómo incorporar el ácido málico en tu rutina, lo mejor es consultar con un dermatólogo.

¿Con qué otros ingredientes se puede combinar el ácido málico?

El ácido málico es compatible con una variedad de activos que potencian su efecto:

  • Ácido hialurónico, para mantener la hidratación.
  • Niacinamida, ideal para calmar y equilibrar.
  • Vitamina C, si se usa por la mañana y el ácido málico por la noche.
  • Extractos botánicos como aloe vera o té verde, para un efecto calmante.

En pieles muy sensibles, es recomendable no combinarlo con otros exfoliantes potentes (como retinol o BHA) sin consultar previamente a un dermatólogo.

Los resultados del ácido málico se notan con un uso constante y adecuado. A partir de las primeras aplicaciones, puedes observar una piel más suave, luminosa y con mejor textura. En unas pocas semanas, notarás una mayor uniformidad en el tono y una mejora en la hidratación y firmeza del rostro.

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