Sinónimo de pureza, valor y realeza, el Oro es el más codiciado de los metales. Símbolo del sol en el universo, de lo sagrado en antiguas civilizaciones, de la divinidad, del poder y la riqueza. El Oro que ha adornado el cuello de reinas y los palacios de emperadores, ahora se transforma en dos bellas fragancias dignas de los más poderosos reyes. El más preciado, elegante y majestuoso de los metales ahora tiene dos exquisitos aromas, para hombre y mujer.

Notas de salida: limón, pomelo, pimienta rosa y nuez moscada.

Notas de corazón: madera de cedro, vetiver, jengibre y jazmín.

Notas de fondo: pachulí, incienso, sándalo y ládano.