Bajo el sello de identidad de la marca “la arruga es bella” y una fusión de innovación y tradición, Adolfo Domínguez ha aportado al mundo de la moda una visión atemporal de la belleza desde la creación de la firma en 1973. Lujo asequible y desarrollo sostenible caracterizan sus creaciones. A finales de los 90 lanza una línea completa de conocidas y existosas fragancias.